Fast Food Nation (2006)
Richard Linklater es uno de esos directores que comenzó en los años noventa en el área independiente con probablemente su opera prima "Slacker", y poco a poco se hizo un nombre en la industria con grandes éxitos como School of Rock y Before Sunrise, su filmograf'ía a pesar de ser interesante en contenido tiene muchos altos y bajos por igual. Fast Food Nation a pesar de ser una de sus obras de menor calidad, aun así merece ser mencionada, se aleja mucho de la comedia a la  que está acostumbrado e intenta hacer una película crítica y de denuncia moral a la industria de la comida rápida.

La película gira en torno a múltiples historias de personas involucradas directa e indirectamente con una cadena ficticia de hamburguesas, Mickey's. La historia comienza con Don (Greg Kinnear), uno de los ejecutivos de la empresa que después de enterarse por un estudio universitario externo que la carne posee un excesivo conteo de materia fecal (contaminada con mierda), ahora deberá hacer un viaje al matadero y averiguar el origen del problema.

"La verdad es que todos tenemos que
comer mierda de vez en cuando".
Bruce Willis.
Alternamente nos encontramos por separado con otros personajes de igual importancia, como Amber (Ashley Johnson), una adolescente a punto de graduarse de la preparatoria que trabaja medio tiempo como cajera en Mickey's para ayudar en los gastos de la casa. Y posiblemente los personajes más interesantes, Raul (Wilmer Valderrama), Silvia (Catalina Sandino) y Coco (Ana Claudia Talacon) inmigrantes ilegales que terminan trabajando en el matadero que provee la carne contaminada, Uni-Globe. También nos encontramos con apariciones breves pero interesantes como las de Bruce Willis, Ethan Hawke y Avril Lavigne.

A lo largo del filme descubrimos que una de las razones de porque la carne está contaminada es debido a que el matadero da trabajo a personal extranjero poco entrenado por salarios relativamente altos. Uno de los puntos de denuncia más importantes del filme es la hipocresía con la que son tratados los inmigrantes, como mano de obra  fácilmente desechable que constantemente tiene que trabajar con maquinaria peligrosa sin la prevención e instrucciones adecuadas, dando pie a accidentes (como mutilaciones de miembros) y el procesamiento de carne de tercera calidad debido a la poca supervisión.

El segundo punto de denuncia transcurre cuando finaliza la investigación de Don, después de enterarse de todas las injusticias cometidas por el matadero, se ve con las manos atadas al ver que sus superiores se niegan a actuar, de hecho, manipulan conscientemente los resultados que demuestran la comestibilidad de la carne para no detener su distribución, dejando a Don en la incómoda encrucijada de callar o perder su trabajo si habla.

El principal problema de la película es que está sobrecargada de personajes, no da tiempo a la audiencia de preocuparse verdaderamente por ninguno, cuando crees llegar a algo importante inmediatamente cambian de subtrama, dejando inconcluso el desarrollo de muchos y haciendo que se sientan innecesarios, posiblemente Raul y Silvia son los únicos con una verdadera historia de principio a fin, todo lo demás queda a la deriva de manera abrupta sin explicación. 


El dialogo aunque es efectivo en ocasiones pero también suele sentirse artificial, técnico y quizás muy unilateral, por lo tanto es difícil ver el lado "real" que se intenta denunciar. Es entendible que se quiera dar voz a todas las personas involucradas en la industria de comida rápida (ejecutivos, cajeros, carniceros, entre otros), pero sencillamente parece que se quiere abarcar demasiado, por lo tanto la transmisión del mensaje, a pesar de ser obvio se siente sobrecargado e incompleto.

Sin embargo, dejando de lado todos los desperfectos, el mensaje sigue siendo lo suficientemente potente para cumplir su cometido: creo que después de ver esta obra algunos estarán interesados y buscaran más libros y películas (documentales preferiblemente) relacionadas con la temática, como Sicko de Michel Moore y Food, Inc. de Robert Kenner. La misma película lleva el titulo de un libro best-seller de Eric Schlosser, que vendió los derechos del titulo para la película y también colaboro en el desarrollo del guion.

Pero uno de los puntos que quizás tenga más a su favor es que deja mucho a decisión del espectador. Como que intenta decir "ahora te toca decidir a ti que hacer" y no intenta plantear algún tipo de solución o perspectiva absoluta. Aunque posiblemente las cosas no cambien y las injusticias sigan existiendo, siempre podemos contribuir...no comprando y cuidando lo que comemos. "Somos lo que comemos" y es triste admitir que la verdad "Nos gusta comer  la mierda que nos dan"





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